Este 2021 será un año normal, pese a que aún seguimos bajo la lupa de una pandemia, fruto de la cual enfrentamos cada vez más situaciones incómodas: cansancio, indisciplina, sueños y aspiraciones truncados. La vida se trata de enfrentar y asumir con gallardía y responsabilidad cada uno de los escenarios que se nos presentan. Sin quejas, ni lamentaciones, sin buscar culpables, ya que, por duras que sean las situaciones que enfrentamos, siempre nos dejan algo positivo. Algunas personas cuando me leen, me encasillan o me juzgan, otras me escriben públicamente y las más arriesgadas me consultan en privado.
La vida es un constante cambio, nada es estático, cuando lo asumimos así, estaremos preparados para recibir, disfrutar y enfrentar exitosamente todo lo que nos llega. Lo ideal es aprender a usar los dones y talentos que tenemos y buscar los que nos haga falta. Nada en la vida es una casualidad.
Identificar
A veces suele ser difícil encontrar los recursos que tenemos a nuestro favor, esos que traemos desde nuestro nacimiento o simplemente ver con atención nuestras habilidades, eso pasa cuando nos forzamos en querer hacer o realizar cosas para las que no tenemos destrezas, lo cual nos imposibilita mostrar nuestros ingenios, desarrollarnos y destacarnos.
De ahí es que muchos no logramos arrancar y/o terminar lo que iniciamos, entonces llegan la frustraciones, complejos y comparaciones y con estas el enojo con nosotros mismos. Nos llenamos de rabia, dolor e impotencia de la que casi siempre culpamos a alguien. Todos traemos dones y talentos, al mundo nadie llega vacío, pero lo que traemos hay que cuidarlos y cultivarlo de lo contrario, no florecerán… Aun teniendo los recursos necesarios a nuestro alcance.
Usemos lo que tenemos
Cada uno de nosotros estamos llenos de cualidades y atributos que nos hacen únicos, tomémonos el tiempo de identificar estas cualidades y sin limitaciones ampliemos nuestro horizonte personal, para aportar y contribuir al mundo. Ese es el fin que persigue la divinidad al dotarnos de una destreza que nos hace único. No centremos nuestra atención en lo que nos falta, sino en lo que tenemos.
Este concepto es lo que nos lleva a enfocarnos en las cualidades positivas con la que Dios nos premió y al escenario donde podemos desarrollarlas. No es necesario esperar ni tampoco ni mucho menos ir a buscar en otro lado, ahí, donde estás ahora, tienes a tu disposición todo lo que necesitas para comenzar a trabajar en lo que sueñas, desde tu ser y con ello brillar para el mundo entero, así, sólo así, podrás alcanzar tus metas.
¡Con el favor de Dios nos leemos la próxima semana!
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