En el 2018 el narcotraficante Pascual Cordero Martínez (a) “El Chino”, progenitor de Yery Cordero, fue condenado a cinco años de prisión por también dirigir una red de lavado de activos producto del narcotráfico y tráfico de armas de fuego en el país.
En ese entonces, el Tribunal Colegiado de la Altagracia condenó a Cordero junto a la ciudadana peruana Magaly Rocío Reynaga, quien era utilizada como mula, así como al excabo de la Policía Nacional, Martín Alcántara Buten. Actualmente, “El chino” guarda prisión en el Centro de Corrección y Rehabilitación Anamuya, en Higüey.
Producto de esos negocios ilícitos, según el expediente de la Fiscalía, Cordero amasó una fortuna de 300 millones de pesos en bienes e inmuebles.
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En 2018 se le confiscaron propiedades y automóviles durante el proceso con la justicia, entre los cuales figuran una villa en San Cristóbal, cuyo valor asciende a 15 millones de pesos, y varios carros de lujo como Land Cruiser, Infinity y la muy cotizada Lexus, en una jeepeta de esa marca murió su hijo en el día de hoy.
Por el momento, queda esperar por las pesquisas de las autoridades, mientras que a Pascual Cordero le tocará llorar a su hijo desde la cárcel y, como todo en el mundo del narcotráfico, la sangre siempre pide más sangre.