Hace mucho tiempo descubrí que alcanzar una meta o realizar un sueño es un camino lleno de piedras, escombros y muchos obstáculos, lamentablemente en esa experiencia debemos incluir las debilidades personales y las personas que nos cruza el destino. Uso un término de lamentación porque en muchas de las situaciones, las más grandes barreras son humanas, sin embargo, debemos enfrentar con buena disposición lo que deseamos y hasta lo que no esperamos. Arriesgarnos implica estar preparados para ganar, perder y aprender. Si logramos éxito obtendremos felicidad o plenitud, pero sí en cambio, fracasamos, creemos que estamos perdidos o que hemos malgastado nuestro tiempo, es un error, porque lo realmente valioso es el intento, el proceso que nos lleva a un objetivo y lo aprendido del mismo.
Esperanza
Hace unos días, un grupo de amigas y colegas comentaban la situación de las mujeres y los hombres de la prensa, nuestro trabajo, responsabilidades, cómo asumimos el compromiso de informar, las cruces que hemos portado por el Covid-19, lo que hemos perdido, los cambios que el mundo ha dado, las plazas cerradas, los medios reestructurados. En realidad todo se ha trastornado por las inesperadas circunstancias que nos ha traído la actual crisis sanitaria. Entonces, opiné, creo que es momento de aferrarnos a nuestro ímpetu de enfrentar y continuar, a nuestra fe y nuestra esperanza, que no es más que una emoción o un sentimiento con alas al que todos de una u otra manera nos acogemos ante las adversidades, pero sin acciones concretas, sin un plan, solo estaríamos esperando a que Dios obre por nosotros… No debemos olvidar entonces, que es momento de organizarnos y retomar otro rumbo.
Valorar
Este no es simplemente un período para reinventarse como rezan algunos expertos, ni para volvernos locos y creer que todas las ideas son posibles. Estamos en tiempo de darle valor a lo que ya sabemos, de trabajar en lo que conocemos, no obligatoriamente en el oficio que ejercemos, sino en cosas cotidianas y alternas que nos salen muy bien y ponen al servicio de otros nuestros talentos y pasiones, esto nos puede ayudar a convertirnos en el héroe o heroína de nuestra propia vida o en entes de inspiración para quienes ven en nosotros un camino a seguir o en ejemplo para aquellos que no saben qué hacer.
¡Es simple, si usted sabe hacer dulce, hágalo y véndalo! Aplica para muchas otras áreas.
Oportunidades
Lo único que nos puede pasar es encontrar un camino distinto que nos abra las puertas a nuevas oportunidades o fracasar. De ser así entonces saquemos el aprendizaje que nos deja cada experiencia. Lo que se impone es sacar lo bueno, el abanico de talento que tenemos dentro para poner de manifiesto que las ideas y oportunidades son inagotables. Entonces entendamos que esta crisis como todas las demás nos está dando la oportunidad de que pongamos en práctica lo que verdaderamente somos, otras facetas que bien podrían ser nuestras verdaderas pasiones.
Con el favor de Dios, nos leemos la próxima semana.
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