
Miembros de la Policía Nacional y del Ejército realizan revisiones de los vehículos de transporte público para evitar que estos aborden más de tres personas, así como para verificar el uso de guantes y mascarillas.
Los choferes que llevan más personas de las recomendadas son obligados a desmontar uno de los pasajeros, que por orden de los agentes policiales, debe ser el más joven o quien no tenga una condición visible que le haga vulnerable, como es el caso de las embarazadas.
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De igual forma orientan a las personas sobre la implementación de las medidas de distanciamiento y de protección.
Algunas de los usuarios del transporte dijeron estar de acuerdo con la labor de las autoridades, sin embargo, hubo otros que solo acataban las órdenes en presencia de los agentes o que se compraban las mascarillas y guantes a una esquina del retén para evitar ser detenidos.